Cabilia proclama su independencia en París: un acto político sin precedentes que sacude a Argelia

Reunidos este domingo 14 de diciembre de 2025 en París, ante una asistencia estimada en más de 800 personas, los dirigentes del Movimiento para la Autodeterminación de Cabilia (MAK) proclamaron solemnemente la independencia de su territorio, designado a partir de ahora como la República Federal de Cabilia. Se trata de un acontecimiento sin precedentes en la historia política de la Argelia independiente, con una fuerte carga simbólica y con implicaciones regionales e internacionales aún difíciles de evaluar.

Una proclamación mantenida pese a las presiones

A pesar de los múltiples intentos destinados a impedir la celebración de la ceremonia, el evento se desarrolló finalmente en un recinto privado situado en el corazón de la capital francesa, cerca del Arco del Triunfo. Inicialmente previsto en el Palacio de Congresos de Versalles, el acto fue prohibido por decisión de la prefectura de Yvelines, alegando un “riesgo grave de alteraciones del orden público”.

Ante esta prohibición, y en ausencia de una decisión judicial emitida a tiempo por el tribunal administrativo al que se recurrió de urgencia, los organizadores optaron por un espacio privado, lo que permitió mantener la ceremonia dentro del marco legal francés. Un importante dispositivo policial fue desplegado en los alrededores del lugar para prevenir cualquier incidente.

Una fuerte carga simbólica y una destacada presencia internacional

Tras la lectura de la declaración de independencia, Ferhat Mehenni, presidente del MAK y presentado desde ahora como presidente de la República Federal de Cabilia, pronunció su discurso, seguido de la interpretación del himno nacional cabilio. Posteriormente, varias intervenciones marcaron la ceremonia: parlamentarios extranjeros, responsables asociativos, militantes y personalidades procedentes, entre otros países, de Francia, Canadá, Israel y el Reino Unido, tomaron la palabra para saludar lo que calificaron unánimemente como un “acontecimiento histórico”.

Si bien la participación internacional fue simbólica y sin reconocimiento oficial, contribuyó no obstante a otorgar una mayor visibilidad a la iniciativa, ampliamente difundida en las redes sociales y seguida de cerca por medios especializados y observadores geopolíticos.

Argel en actitud defensiva

Según los organizadores, el régimen argelino intentó torpedear el evento movilizando a parte de su diáspora en Europa y organizando contramanifestaciones, especialmente mediante el alquiler de autobuses procedentes de varias regiones francesas. Estas maniobras reflejan la persistente inquietud de Argel frente a una reivindicación cabilia que ha abandonado el ámbito cultural e identitario para inscribirse en una lógica abiertamente independentista.

Un giro estratégico para la causa cabilia

La proclamación unilateral de la independencia de Cabilia marca un cambio de paradigma. Hasta ahora, limitada a la defensa política, a reivindicaciones lingüísticas o a demandas de mayor autonomía, la lucha impulsada por el MAK cruza ahora un umbral estratégico. Se trata de un acto político asumido, destinado a interpelar a la opinión pública internacional, a las cancillerías occidentales y a las instituciones multilaterales.

Aunque por el momento no existe ningún reconocimiento estatal —ni siquiera anunciado—, esta declaración abre la vía a una progresiva internacionalización del dossier cabilio, en un contexto regional ya marcado por fuertes tensiones diplomáticas y de seguridad.

Un “después del 14 de diciembre” de contornos inciertos

La fecha del 14 de diciembre de 2025 podría imponerse como un hito en la historia contemporánea de Argelia. En el plano interno, plantea la cuestión de cómo Argel gestionará las reivindicaciones identitarias y políticas en un contexto de endurecimiento autoritario. En el plano internacional, sitúa a Cabilia en el mapa de los conflictos políticos no resueltos susceptibles de emerger en la escena diplomática.

Una cosa es segura: habrá un “después del 14 de diciembre”, tanto para el movimiento independentista cabilio como para el Estado argelino, enfrentado a un desafío político inédito desde 1962.